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miércoles, 15 de mayo de 2013

ZOON POLITIKON (Dos años de 15-M)

Aristóteles, que era mucho más listo que cuantos nos gobiernan ahora (por eso ha pasado a la Historia y éstos ni se asomarán a élla) definía al hombre como zoon politikón, haciendo referencia a sus dimensiones social y politica.  El hombre y el animal por naturaleza son sociales, pero no somos iguales que las hormigas o las abejas, perfectamente organizadas. Sólo el hombre es político, siempre que viva en comunidad.
          Y en esas andamos, celebrando el segundo aniversario del 15-M y reflexionando acerca de las muchas opiniones (de los políticos "profesionales" por supuesto), que desoyendo al sabio griego pontifican sobre la politización de nuestro mundo y nos mandan directamente a las urnas, si es que queremos participar en algo.
          Vamos, como si fuéramos zoon, pero sin politikón. Animales que viven en su hormiguero o en su panal, y ahí desgranan las horas haciendo cera y miel. Lo ha dicho la insigne secretaria general del PP, la presidenta de nuestros dolores, si quieren hacer política, que creen un partido y se presenten a las elecciones.
          La santificación de los partidos que nos llevan por la calle de la amargura. Y no señor. Yo quiero ser, y soy, un ser político, que se manifiesta en la calle, que opina, que lee las noticias y aspira a ser parte (buena) de ellas, que discrepa o comparte, que se indigna, que abuchea a los indignos, que se reafirma o se arrepiente del lejano momento voto, cuando dejó su bienestar y su vida en manos con agujeros.
          Soy un ser político cuando elijo vestirme con los colores de cualquier marea porque me incumbe, me importa y me representa; cuando escucho la música de la Solfónica indignada, cuando aplaudo un desahucio fallido, cuando me compadezco de los afectados por las preferentes, cuando apago la tele harta del telediario y cuando elijo quedarme en casa, presa de la desesperanza y la impotencia.
          Y sin necesidad de que ni nombre figure, bajo las siglas de nadie, en una papeleta electoral.
          Lo demás, tratar de banalizar la democracia reduciéndola a un domingo cada cuatro años, es pervertir el sistema, es tiranía, es crear una sociedad de borregos a los que sólo se les permite balar cuando toca. Y poco.
          Es obviar un 15-M que, más allá de interpretaciones, ha cumplido dos años con salud, sin miedo y en la calle, recuperando la definición de zoon politikón que nunca debimos perder, y que no es tarde para recuperar.

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