Pensamientos, ideas, palabras que engulle la arena en el mismo instante en que se han escrito

lunes, 10 de octubre de 2011

ESPAÑA CAÑÍ

Por si no hay pocos problemas, buscamos más. Por si no tenemos bastante con lo que nos viene de fuera, nos enzarzamos en peleas entre nosotros, sin hacer caso a eso que nos decían nuestros padres: Llevaros bien, como buenos hermanos. Aunque bien verdad es que nunca hacíamos caso.
Viene esto a cuento de la polémica surgida por ciertos comentarios despectivos hacia Andalucía, hacia los andaluces, su forma de hablar y su forma de vivir, comentarios llegados directamente desde la otra punta del país. Desde Cataluña. O desde algún catalán, que ya estoy también generalizando. Todo se pega.
Cuando una creía que habíamos entrado en la modernidad, más o menos, que habíamos superado los topicazos de catalán tacaño, andaluz jaranero, castellano recio, gallego enrevesado, astures y cántabros herméticos y alguno más que se me escapa, aparecen otra vez las dos Españas, o las tres, o las cuatro.
Y así no vamos a ninguna parte. Sí, ahora hay declaraciones de protesta encendidas, protestas de políticos, comentarios acres en las tertulias y hasta mociones en Ayuntamientos y Parlamentos.
Pero no es esa la cuestión. Veréis, cuando yo era pequeña (sí, en la Prehistoria), cuando España era una unidad de destino en lo universal y las montañas nevadas nos separaban del resto de Europa, cantábamos en el colegio una canción que, a fuerza de repetir, está todavía en mi recuerdo. Era, por supuesto, una exaltación de la patria y sus bondades, divididas por regiones, que entonces no había comunidades autónomas. Decía algo así: “España es mi hermosa nación que en Europa está, dividida en provincias y es Madrid su capial. Yo sé todas sus riquezas, yo lo voy a demostrar: Valencia nos da naranjas y Toledo mazapán. Carbón nos da Asturias, los vinos, Jerez, las mantas Palencia, la fresa Aranjuez, turrón Alicante, jamón Avilés, y si queréis paños, id a Sabadell, aceite en Andalucía, donde abunda la aceituna..." Había más, pero basta como ejemplo. El final era, por supuesto, VIVA, VIVA ESPAÑA MI PATRIA NATAL!.
Han pasado muchos años,muchísimos, y aún no hemos aprendido a compartir, aún somos los del este y los del oeste, los de arriba, los de abajo y, en mi caso, los del medio. Va ser verdad lo de que España es diferente. Y todo,porque cuatro imbéciles se empeñan en creerse superiores porque pronuncian mejor las eses, o las zetas, o porque no tienen necesidad de cobrar subsidio agrario.
Viva, viva España, mi patria natal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario