Pensamientos, ideas, palabras que engulle la arena en el mismo instante en que se han escrito

jueves, 13 de junio de 2013

Desde Macondo. LOS SABIOS

Los Siete Sabios de Grecia, ya saben, Tales de Mileto, Solón de Atenas, Quilón de Esparta, Periandro de Corinto y alguno más que antes me sabía de corrido, pero que he olvidado, se nos quedan cortos. Nosotros tenemos muchos más. Un montón de sabios. Comités o grupos de expertos, los llaman ahora.
           Todos los hemos visto. Reunidos alrededor de una larga mesa; con traje y corbata y pulcras carpetitas delante de ellos. Debatiendo sobre las cosas importantes. Sobre nuestra vida.
           Están de moda. Un grupo de expertos, con ministro a la cabeza, diseñó la nueva ley de Educación, esa que no gusta a padres, ni profesores ni alumnos de cualquier nivel de la Enseñanza, desde Primaria hasta la Universidad. Otro grupo de quince sabios-todos hombres, como debe ser,- han marcado el camino a seguir en la reforma de la Ley del Aborto; sabios también son los que están estudiando la reforma fiscal, o la de las Administraciones Públicas.
           Y los más sabios de todos, que para eso trabajan en instituciones financieras y en aseguradores privadas, son los que han dictaminado que cobrar pensiones dignas es un dispendio en los tiempos que corren.
           Ya ven. Tantos Consejos de Sabios, y ni uno solo tiene entre sus filas a un  pobre, o a un desahuciado, o a un padre que no puede pagar la matrícula de sus hijos, o a un abuelo que sobrevive con 400€ de pensión, o a una mujer que no quiere traer al mundo a un ser para que sufra, o a un parado, o a un alumno excelente que tiene que emigrar. O simplemente, a un ciudadano de sueldo recortado a quien le pone los pelos de punta la subida del IVA, de las tasas educativas y de los impuestos. Y la bajada de las pensiones.
           Los sabios, como los políticos, no están en nuestra dimensión. Como los ángeles, no tienen cuerpo material, no comen ni duermen, no lloran, no despotrican, no se desesperan. Sólo piensan.
           Y concluyen que no podemos permitirnos sanidad ni educación de calidad, ni asistencia social, ni derechos laborales, ni una vejez sin angustias. Es su dictamen y es la coartada para los que mandan. Lo dicen los sabios y hay que seguir su consejo.
           Otros sabios, cientos, amén de la experiencia, que es la madre de la ciencia, dicen que a más inversión pública, más niveles de empleo y de bienestar. Pero esos no están en los comités de expertos.
           Me he dejado para el final a los sabios más listos, los que “olvidan” declarar dinero, los que piensan que no hacen nada malo por aceptar sobresueldos o cobran dietas inapropiadas o no sabían que las donaciones tributan. No saben nada de esto, pero un anciano analfabeto, o con alzheimer, tiene que saber qué son las preferentes. Aunque no sean sabios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario