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martes, 14 de agosto de 2018

EL NUEVO CATECISMO

Puede que sea verdad eso de que nunca es tarde si la dicha es buena. Pero es que esta “dicha” ha tardado más de dos milenios, y en ese tiempo han pasado muchas cosas. Y hemos sido millones los que nos hemos aprendido de memoria el Catecismo (a la fuerza ahorcan), con todo lo que contiene.
        Pena de muerte incluida, aunque sólo fuera para los malos malísimos, y saltándose el quinto mandamiento, el “no matarás”.  Pero después de dos mil años, que las cosas de palacio van despacio, y no se me ocurre nada más palaciego que la Santa Madre Iglesia, el derecho a matar, su justificación y el consiguiente perdón por hacerlo,  ha desaparecido del Catecismo.  Bueno, lo hará en la próxima edición, pero es oficial desde el 1 de agosto.
        Lo ha dicho el Papa. Desde este mes, la Iglesia va a estar en contra de la pena de muerte. La noticia ha quedado un tanto enmascarada por las vacaciones, los calores y algún que otro asunto de actualidad, pero no es pecata minuta.  La pena de muerte es legal en 57 países. Cierto que muchos de ellos no son católicos, pero otros sí. Los datos oficiales de 2017 reflejan 993 ejecuciones en 23 países, y un total de 22.000 personas condenadas, en espera de la pena capital. Para unos ya es tarde, pero igual otros se salvan, si sus líderes deciden a leer el nuevo Catecismo.
        Celebrando la noticia, aplaudiendo la decisión del Papa, no podemos dejar de pensar en el “retraso” y sus consecuencias. En cómo hubiera sido la cosa si la Iglesia hubiera condenado mucho antes, ya no digo dos mil años, la pena de muerte. En cualquier circunstancia. Si no hubiera callado, y llevado bajo palio, a sangrientos dictadores que incluso firmaron sentencias de ejecución prácticamente en el lecho de muerte (España, 1975), y si no hubiera colocado alfombras en templos y catedrales para que pusieran el pie aquellos a los que no le temblaba la mano a la hora de despachar al otro barrio, con motivo o sin él, a decenas de miles de personas. Ya puestos, no estaría mal que incluyeran un artículo en el nuevo texto pidiendo perdón. Igual el próximo Pontífice…
        Es tarde para muchos. Pero la dicha es buena, y hay nuevo Catecismo.

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