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miércoles, 6 de septiembre de 2017

Desde Macondo. LAS TRES ESES


Tengo claro que el diccionario no es precisamente el libro de cabecera de nuestros políticos. De los gobernantes, mucho menos, y de la ministra Báñez, tan dada a la incontinencia verbal, ni por asomo.
        Pero vamos, que no hay que ser un pitagorín ni una ratita de biblioteca para echar por tierra los entusiastas adjetivos sobre la supuesta recuperación económica con que nos ha amenizado el fin de verano. Me encantaría saber dónde y con quien ha estado, o qué ha tomado-fumado en vacaciones para desarrollar la teoría de "las tres eses", que sin duda pasará a los anales de la Historia. 

        Y por si no tiene a mano ni siquiera uno de esos diccionarios escolares reducidos, que creo que no tiene niños, me presto generosa a aclararle los términos. SÓLIDA significa   asentada, establecida, con razones fundamentales y verdaderas; SANA: Sin lesión, enfermedad ni peligro. Que goza de perfecta salud. Y SOCIAL, si hablamos de clases, es el conjunto de personas  que pertenecen al mismo nivel y que presentan cierta afinidad de costumbres, medios económicos, intereses, etc.

        El diccionario desmonta, de un plumazo, las “tres eses” de la ministra Báñez sobre la recuperación económica,. Sólida, sana y social. Y más cosas, que ya que se puso, habló de"una recuperación a la española" , de que el empleo que llega es de mayor calidad del que se fue con la crisis, de “primavera del empleo”,  que no ha dejado a nadie en la cuneta, que …

        No ha elegido bien la ministra la letra del alfabeto. Podría haber escogido la “P”, y entonces le saldría precariedad, pobreza, paro, proyectos de vida imposibles. O la “C” de contratos menguantes, por un día, una hora y hasta un ratito. O la “D”, de desigualdad por encima de todos los límites. O la “F”, de futuro imperfecto.

        Las letras la contradicen, y los números, también. Y las afiliaciones a la Seguridad Social, y las cifras del paro, una vez concluído agosto, y tan solo un par de días después de su ataque de euforia.
Queda el regusto amargo de pensar que, una vez más, se han quedado con nosotros, nos han tomado el pelo, nos han tratado como borregos, que tragan todo lo que les echen, por disparatado que sea, por irreal, por inverosímil.

        Pero sobre todo, queda la tristeza de constatar que estamos en manos de gobernantes sin una pizca de sensibilidad, de empatía, de “piel” que compartir con los ciudadanos que quedan fuera de las tres eses. Y de una vida digna, y de un presente sin angustias, y de un futuro inalcanzable.

        De las tres Eses de la ministra.

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