Pensamientos, ideas, palabras que engulle la arena en el mismo instante en que se han escrito

viernes, 1 de enero de 2016

DOCE PALABRAS PARA EL AÑO NUEVO

No se me ocurre ninguna frase ingeniosa para felicitar el año, a pesar de que circulan a miles por Internet y los watsap. Y me parece, por escaso, muy frío eso de feliz entrada y salida. Es como si sólo deseáramos felicidad por un ratito, el inmediatamente anterior y posterior a las uvas. Lo de desear salud y suerte, se da por sabido, aunque a veces es fuerte la tentación de querer desesperadamente que a alguien le caigan encima todas las plagas bíblicas.
       Pero acaba un año y empieza otro, y parece obligado dirigirse a los amigos para que sepan que los quieres, que confías en que te sigan queriendo, que te duelen sus pesares y te alegran sus alegrías.
       Por eso voy a intentar regalar doce palabras que están ahí para que las usemos, para que las deseemos, para que las entreguemos a quienes nos importan. En doce palabras, por los doce meses, quiero resumir mis deseos de Año Nuevo.
      Esperanza es la palabra de enero. Queda mucho tiempo por delante, y hay que empezar a subir la cuesta pensando en la cima. Alegría para febrero loco, para no decaer, y firmeza en marzo, aunque el viento amenace con arrastrarnos.
      Amor en abril, cuando el sol empieza a calentar y el rumor del agua, tan escasa, suena a música celestial. Para mayo, colores, que destierren el gris del invierno e iluminen los días más largos. Prosperidad para junio, cuando están a punto las cosechas, y amistad en julio, en las noches calurosas que se prestan al encuentro y las confidencias.
      Imaginación en agosto y reconciliación en septiembre, para no dejar cuentas pendientes cuando empieza un nuevo curso.
Trabajo y salud en octubre (y en todos los demás meses); añoranza en noviembre, cuando siempre nos falta alguien.
      Y futuro en diciembre. Feliz 2016

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