Pensamientos, ideas, palabras que engulle la arena en el mismo instante en que se han escrito

miércoles, 22 de julio de 2015

Desde Macondo. LA MALA RACHA

Mientras dura la mala racha, que diría mi admiradísimo Eduardo Galeano, vamos a tener que salir a la calle con el diccionario entre los dientes, que nunca se sabe cuándo te va a sorprender una de esas interpretaciones torticeras de las palabras de toda la vida; y habrá que ver el telediario con un ojo en la pantalla y otro en la edición resumida del texto de la RAE, por aquello de que es más manejable. Y poner pitos y puntos suspensivos a los post de las redes sociales, por si hay niños cerca.
          Mientras dura la mala racha, debemos impermeabilizarnos para que no calen, por costumbre, la perversión del lenguaje, los insultos, los mensajes engañosos, las descalificaciones, las mentiras, los ejemplos insensibles y las comparaciones odiosas.
          Pero la mala racha está durando demasiado. Tanto como para permitirnos escuchar que llamar puta barata podemita” a una adversaria política no es un insulto, sino una “confusión”. Está durando tanto que, mientras tenemos grabadas a fuego en  nuestra retina las imágenes de la guerra y el éxodo, de pateras transportando más muertos que vivos, un ministro se permita hablar de “goteras” que están manchando el inmaculado suelo de nuestras dignísimas viviendas.
           Es muy larga esta mala racha que habla de recuperación olvidando el hambre, y de futuro glorioso en un presente imperfecto; y que confunde caridad con solidaridad, y libertad con miedos y ciudadanos con Mercados, y convivencia con esclavitud. La mala racha nos está haciendo perder muchas cosas, de los bolsillos y de la memoria; perdemos valores, y caras, y conceptos, y palabras. Vamos camino de que sea tan larga como el diluvio de Macondo, que se prolongó por más de cuatro años, y tras él no hubo más que pasado y desolación.
          Por eso, mientras dura la mala racha hay que sacar a paseo, a cada instante y cuidar con mimo palabras moribundas como empatía, y piel, como humanidad y solidaridad, como justicia, mano tendida, abrazo, techo, dignidad, mañana…
           Que no se nos olviden nunca para que podamos rescatarlas cuando pasen estos tiempos del cólera.

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