Mientras dura la mala racha, que diría
mi admiradísimo Eduardo Galeano, vamos a tener que salir a la calle con el
diccionario entre los dientes, que nunca se sabe cuándo te va a sorprender una
de esas interpretaciones torticeras de las palabras de toda la vida; y habrá
que ver el telediario con un ojo en la pantalla y otro en la edición resumida
del texto de la RAE, por aquello de que es más manejable. Y poner pitos y
puntos suspensivos a los post de las redes sociales, por si hay niños cerca.
Mientras dura la mala racha, debemos
impermeabilizarnos para que no calen, por costumbre, la perversión del
lenguaje, los insultos, los mensajes engañosos, las descalificaciones, las
mentiras, los ejemplos insensibles y las comparaciones odiosas.
Pero la mala racha está durando
demasiado. Tanto como para permitirnos escuchar que llamar puta barata
podemita” a una adversaria política no es un insulto, sino una “confusión”.
Está durando tanto que, mientras tenemos grabadas a fuego en nuestra retina las imágenes de la guerra y el
éxodo, de pateras transportando más muertos que vivos, un ministro se permita
hablar de “goteras” que están manchando el inmaculado suelo de nuestras dignísimas
viviendas.
Es muy larga esta mala racha que habla
de recuperación olvidando el hambre, y de futuro glorioso en un presente
imperfecto; y que confunde caridad con solidaridad, y libertad con miedos y
ciudadanos con Mercados, y convivencia con esclavitud. La mala racha nos está
haciendo perder muchas cosas, de los bolsillos y de la
memoria; perdemos valores, y caras, y conceptos, y palabras. Vamos camino de
que sea tan larga como el diluvio de Macondo, que se prolongó por más de cuatro
años, y tras él no hubo más que pasado y desolación.
Por eso, mientras dura la mala racha hay
que sacar a paseo, a cada instante y cuidar con mimo palabras moribundas como
empatía, y piel, como humanidad y solidaridad, como justicia, mano tendida,
abrazo, techo, dignidad, mañana…
Que no se nos olviden nunca para que
podamos rescatarlas cuando pasen estos tiempos del cólera.
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