Pensamientos, ideas, palabras que engulle la arena en el mismo instante en que se han escrito

miércoles, 14 de enero de 2015

Desde Macondo. ET MAINTENANT...

Tomo prestado el título de una de los más bellos y desgarradores temas de desamor y desesperación de la “chanson” francesa, ahora que, sacudidos por los salvajes atentados yihadistas en el país vecino, todos hemos echado mano de nuestros conocimientos del idioma, rebuscando entre los recuerdos del instituto, las canciones de Brassens o las de Moustaqui, las de Jacques Brel y las de Becaud.
       Durante una semana todos hemos sido Charlie, hemos usado el mismo idioma para proclamar a los cuatro vientos el apoyo a la libertad de expresión, la condena por la matanza de París, los deseos de paz y tolerancia, y hasta un acongojado Mahoma afirmaba en la portada del último número de la revista satírica que “Tout est pardonnèe”.
       Et maintenant…Ahora volvemos a hablar cada cual en nuestra propia lengua, a preocuparnos por lo nuestro,  a poner en primer plano nuestra seguridad, a costa de lo que sea (libertades varias incluidas), sin haber aprendido nada, ni un poquito, de lo que ha pasado y de lo que puede pasar. Hemos construido un mundo rodeado de abismos por todos lados y nos hemos afanado en levantar vallas y fronteras en lugar de preocuparnos en tender puentes para salvar distancias que, a estas alturas, son prácticamente insalvables.
       Estábamos demasiado ocupados creciendo, buscando petróleo e intentando llegar a Marte para darnos cuenta de que ahí mismo, a unos cientos de kilómetros, la vida discurría por cauces bien distintos. Y nos hemos plantado en el siglo XXI mientras algunos iluminados se han instalado en el XI. Demasiada distancia, demasiado tiempo.
       Mientras los Parlamentos de los países “civilizados” discuten sobre el control de pasajeros, las reformas de los códigos penales, la censura de Internet y hasta del washap, mientras los musulmanes de bien, que son la mayoría, como los cristianos o los hindúes, tratan de recomponer sus vidas entre el creciente racismo y xenofobia que los rodea, mientras todos abominamos de los fanatismos religiosos, que siempre han sido causa de muerte y dolor, seguimos sin saber hacia dónde va el mundo. Hacia dónde vamos.
      Et maintenant, ahora, es el momento de encontrar el camino. No solo el que garantice la tranquilidad de Occidente, sino también el que cierre el paso a las matanzas de Boko Haram en África, que también es el mundo, el que acabe con el enloquecido y sangriento califato que intenta imponerse en Oriente Próximo, el que desprecie y condene al ostracismo a los movimientos neonazis y fascistas que están surgiendo como la espuma en la vieja Europa, retroalimentándose con las acciones yihadistas.
      El mundo Norte-Sur, Pobres-Ricos, Negros-Blancos, Dios y Alá, ya no vale. Hemos  montado guerras por unas armas inexistentes y un petróleo más que presente, por la búsqueda de un terrorista, por derrocar a un dictador, y no somos capaces de montar la paz. Y ya ha llegado la hora.
       Es la respuesta a la canción, “Et maintenant que vais je faire. De tout ce temps que sera ma vie”. Y ahora, qué voy a hacer con todo este tiempo que me queda por vivir.

1 comentario:

  1. Simplemente, has clavado una vez más tu aguda pluma en el mismo centro de la diana.

    ResponderEliminar