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miércoles, 21 de enero de 2015

Desde Macondo. EL MINISTERIO DE LA VERDAD

No sé a quién correspondería esta cartera ministerial en la España de hoy. Probablemente a la vicepresidenta, que sirve para un roto y para un descosido. El caso es que tengo la molesta sensación de que existe algo así como el Ministerio de la Verdad, que diría Orwell en su conocida novela distópica “1984” y que, al contrario de lo que su nombre indica, se dedica a tergiversar la realidad para conseguir que las evidencias coincidan con la versión oficial.
         Cierto es que el Gran Hermano del libro pretendía cambiar la historia, manipulando o destruyendo documentos históricos de todo tipo incluyendo fotografías, libros y periódicos, y que ahora, en el colmo de la perversidad, nos quieren hacer comulgar con ruedas de molino a diario, en el más cotidiano de los presentes. Pero es que ha llovido desde que se escribiera la novela, y ahora estamos en plena era digital, en la que todo sucede más rápido.
        Y es que una cosa es la interpretación  de  la realidad,  casi tantas como medios de comunicación consultes, y otra, que lo que nos cuentan no se parezca ni remotamente a lo que sucede, ni siquiera la mínima relación que se presupone en una mentira corriente. Es aterrador pensar que estas noticias manipuladas y falsas puedan pasar a la Historia y, andando el tiempo, no quede constancia de lo que estamos viviendo. Que se “oficialice” la mentira, y si desde el Ministerio dicen que no hay pobres, pues no los hay; si Bárcenas era un señor que pasaba por ahí, pues no ha sido nunca del PP, y si cuentan que hemos crecido, pues no hay enanos, todos gigantes; y si nos cuentan que la Sanidad es la mejor del mundo, no es cierto que me hayan dado una cita “preferente y urgente” para dentro de cuatro meses. Y pasen a la posteridad como salvadores, que para eso se han ocupado de borrar las verdades.
         Su verdad llamará Educación ejemplar a aulas abarrotadas; Sanidad maravillosa a camas en el pasillo y listas de espera eternas, y recuperación del empleo a médicos contratados por guardias, maestros por días para sustituciones, becarios eternos, muchos de ellos sin sueldo, falsos autónomos, que pagan sus cuotas y trabajan por salarios de miseria para la misma empresa que los despidió, camareros con jornadas de 12 horas y contratados por cuatro…
        Tiene mucho trabajo el Ministerio de la Verdad porque no son cuatro mentirijillas las que pretende cambiar. Es la realidad misma. En toda su magnitud.

 

 

 

 

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