Pensamientos, ideas, palabras que engulle la arena en el mismo instante en que se han escrito

miércoles, 28 de marzo de 2012

FALSA MUJER

¡Ay Señor!, que me acabo de enterar, después de muchas décadas conviviendo conmigo misma (¿mismo?), que no soy una mujer auténtica. Vamos, que soy de bote, que soy una falsa mujer, una mala-mujer-no-tienes corazón-como dice la rumba.¿Y ahora qué hago? Ya no puedo tener hijos para convertirme en auténtica, para deshacer la mentira. Tendré que arrastrar lo que me queda de vida con esa lacra, que me hace aparecer como un producto made in China, o Taiwan. Habrá muchos hombres que se cuestionen la frase de Azaña, esa de que la libertad no hace felices a los hombres, pero sí es lo que los hace hombres, pero es mucho más demoledor lo que ha dicho nuestro ministro Gallardón (recuerden, el más progre del Gobierno). "La maternidad es la que hace a las mujeres auténticamente mujeres".
Y aquí estoy, más falsa que un duro de madera, intentando ver cómo afronto el resto de mis días. A vér qué demonios hago con mis más de trescientos pares de pendientes (ya sabéis que todos son bisutería), y con las barras de labios, y las sombras de ojos, y los tacones (pocos), y con la lencería "íntima", por usar un lenguaje apropiado. Y con las cremas, que son carísimas, no las voy a tirar. Bueno, bueno, qué lío ¿Quien va a fregar ahora en mi casa? ¿Y a planchar o poner la lavadora? Son tareas propias de mi sexo y mi condición femenina, pero si ahora la he perdido (la condición, digo)...
Me veo cual si tuviera el síndrome de Diógenes (que era un hombre), acumulando basura, ropa sucia y cacharros sin fregar. La que me ha organizado el señor ministro. Pues sí que empiezo bien la primavera. Yo que me disponía a organizar el cambio de armarios, como siempre en la nueva temporada...
Claro, que siempre había creído que yo era mujer mujer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario