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miércoles, 3 de agosto de 2016

Desde Macondo. EL TRAJE NUEVO DEL EMPERADOR


Me ha venido a la memoria, leyendo que tal día como hoy, en 1875, murió el genial cuentista Hans Christian Andersen, el relato titulado “El Traje Nuevo del Emperador”, o “El Rey desnudo”, según la traducción. Ya sabéis, ese en el que un niño con su inocencia desvela la verdad que el resto de la gente, hipócrita y complaciente, no se atrevía a decir: “¡Pero si va desnudo”!

      La versión de Andersen está basada en una historia recopilada por el infante Don Juan Manuel en el El conde Lucanor , allá por el primer tercio del Siglo XIV. Y lo mismo, aunque centrándose en la limpieza de sangre y en la obsesión por ser cristiano viejo, aparece en El retablo de las maravillas.de Cervantes, tres siglos después.

      Está claro que no aprendemos, pasen los años o los siglos que pasen. Que seguimos siendo la sociedad hipócrita, conformista o timorata, recelosa de que las cosas vayan a peor y repitiendo eso de Virgencita, que me quede como estoy.

      No sé si por hartazgo, por miedo, porque en el fondo nos preocupa perder lo poco que tenemos, o por otra razón que se me escapa, decidimos, en junio, votar casi lo mismo que en diciembre. Corregido y aumentado, en el caso del partido del Gobierno en funciones. Decidimos que, tal vez, poniendo un traje nuevo al emperador, podrían taparse las vergüenzas de mucho tiempo, y empezar una nueva era.

      Sin tener en cuenta que ni las más fastuosas sedas, ni los finos bordados con hilos de oro, ni las piedras preciosas del manto pueden tapar años y años de Gurtel, de Púnica, de discos duros martilleados, de favoritismos, de rescates a la Banca y pobres en la cuneta, de amigos enriquecidos y sociedad empobrecida, de hachazos sin piedad al estado del bienestar, de reformas laborales, educativa o de Justicia que han deteriorado, y de qué manera la calidad de nuestra democracia.

      Hemos decidido que un traje nuevo escondería bajo su brillo a los miles de trabajadores pobres, a los que trabajan un par de horas a la semana por un sueldo miserable, y cuentan como “descenso del paro”, a los que han tenido que marcharse, a los que sobreviven hasta sin subsidio, que también ahí han recortado, a los desahuciados. A los avergonzados.

      Se multiplican las voces que claman por un Gobierno. Tiene que haberlo ya. Ha pasado demasiado tiempo. Y que sugieren soluciones, que pasan siempre por la lista más votada, aunque con retoques. Con un traje nuevo. Con una buena capa, que todo lo tapa.

      Y una echa de menos la voz inocente que nos diga que el emperador va desnudo, aunque miremos hacia otro lado y nos empeñemos en creer lo contrario.

1 comentario:

  1. Hola. No hay traje nuevo que tape tanta vergüenza. Ahora resulta que Rivera, Falangito Rivera, ha transmutado en derechista; cuando pactó con Sánchez, el obsesivo que llegó a citar cada 3 segundos a Pablo Iglesias, resulta que eran de centro. Pues tanto Rajoy como Rivera, como Sánchez, guardan bajo su manto trajes viejos.

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