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domingo, 21 de noviembre de 2010

¡ALELUYA! (El papa "admite" el preservativo y las monjas rezan por Internet)

No sé donde vamos a llegar. Resulta que el preservativo fatídico para los negritos de África es ahora bueno para las prostitutas (creo que sólo mujeres) Y además, en estos días es noticia la iniciativa de unas monjitas de Zamora que realizan rezos virtuales. Como lo oyen. Creo que la cosa funciona así: Usted tiene un problema, manda un mail al convento y ellas rezan para que se solucione el tema o, en su defecto, lo asuma con resignación cristiana.
En fin, que el siglo XXI parece haber entrado en la Iglesia, o la Iglesia se ha dado cuenta de que han pasado los tiempos de la Inquisición. Pero no se hagan muchas ilusiones, porque el batacazo puede ser mayor al comprobar la triste realidad.
No es mala cosa lo de los ciber-rezos. Si la gente no va al convento, hagamos que el convento salga al espacio exterior. A través de la red o de donde sea. Al fin y al cabo, las monjas no hacen daño a nadie con sus plegarias.
Caso aparte es el de Su Santidad. No me creo yo que haya reflexionado acerca de las "perlas" que soltó por su divina boca en su reciente visita a España. Tampoco me convence la idea de que en un par de semanas su pensamiento haya evolucionado digamos, quinientos o seiscientos años. Ni que de repente le haya conmovido la imagen de miles de africanos muriendo de SIDA. Tuvo oportunidad de verlo sobre el terreno y no varió ni una coma de su discurso ¿Entonces? ¿Cómo es que ahora, de buenas a primeras des-demoniza el condón?
Lo han adivinado. Es que no lo ha hecho. Sólo ha apuntado que en algún caso (el de las prostitutas), se podría levantar la mano. El resto de los mortales, ya saben. Con gomita no se entra al cielo.
No entiendo el revuelo que se ha montado, ni los titulares que ha ocupado la noticia. Es que no hay noticia, o es tan poco importante, que sólo debería ocupar un par de líneas en las columnas de breves.
Me estoy pensando seriamente mandar un mail a las monjitas de Toro para que recen por el Papa. Igual, al tener hilo directo con Dios consiguen algo. Lo que no consigue la razón, las cifras de infectados por VIH, las de enfermedades venéreas, las de niños huérfanos, las de muertos...
Igual la solución está en el ciberespacio.

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