Resulta que por el malvado, o
inconsciente, Don Pimpón, aliado con Epi para cometer la tropelía, Pedro
Sánchez va a poder comprarse otro colchón en la Moncloa. Ya le vale. Se nos ha
caído un mito, el del viajero bonachón que, entre viaje y viaje, era esperado como agua de mayo en las calles
del Barrio Sésamo para descargar su la
maleta repletita de aventuras compartidas con el “majará” de Kapurtala.
Nosotros pensando que estaba por esos
mundos recogiendo anécdotas que narrar a sus vecinos, y resulta que andaba
maquinando la forma de facilitar que un tal Pedro Sánchez pudiera comprarse
otro colchón. Menuda vulgaridad. Menos mal que los niños de entonces, youtubers
ahora, ya no se asoman a esos entrañables vídeos que nos enseñaban lo básico
para movernos en el planeta tierra.
Bueno, algunos. Que otros los tienen muy
presente, que hace falta una imaginación muy calenturienta para explicar la Ley
D’Hont echando mano del barrio más internacional del mundo. Estupefacta me ha
dejado ver a Blas contándole a su inseparable compañero eso de que "En
nuestra provincia de Barrio Sésamo se necesitan mil votos para conseguir un
escaño. Imagínate que un partido constitucionalista tiene 998 votos, pero Don
Pimpón y tu votasteis a Vox. Ni un partido ni otro consiguen así escaños y
todos esos votos se pierden”.
Que no es todo lo malo. Lo peor es que
por la inconsciencia de estos personajillos, el actual presidente va a poder
acomodar sus huesos durante una larga temporada en el flamante colchón que va a
adquirir tras las elecciones. Ni más ni menos. Para que todo el mundo,
incluidos los votantes del PP y VOX, lo entiendan.
Y claro, bien descansado, estrenando lo
último en colchones, “seguirá riéndole los chistes a los separatistas". Y
seguirá teniendo las llaves del Falcon (también lo dice Blas), y hasta puede
que emprenda la contra-reforma de la reforma laboral y que hasta desentierre a
Franco.
En fin.
No soy publicista y tengo la imaginación y las neuronas justas para
pasar el día con dignidad y sin que se note mucho que soy del montón, pero me
parece estúpido, aparte de cruel, echar mano de personajes que han marcado a
varias generaciones para dirigir el voto a un lado u otro. Ya sé que estamos en
pre-campaña. Que cosas peores veremos cuando se quite el “pre”, durante y
después. Pero no todo vale. Poner de tontos o de ignorantes, a quienes eran
ídolos, no es de recibo. Y la simpleza del colchón, es para nota.
Espero impaciente próximas entregas. Que
el Barrio tiene muchas calles, y muchos personajes, y todos, tristemente, son
susceptibles de ser utilizados por las cabezas pensantes de los partidos
políticos.
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