Por si no hay pocos problemas, buscamos más. Por si no tenemos bastante con lo que nos viene de fuera, nos enzarzamos en peleas entre nosotros, sin hacer caso a eso que nos decían nuestros padres: Llevaros bien, como buenos hermanos. Aunque bien verdad es que nunca hacíamos caso.
Viene esto a cuento de la polémica surgida por ciertos comentarios despectivos hacia Andalucía, hacia los andaluces, su forma de hablar y su forma de vivir, comentarios llegados directamente desde la otra punta del país. Desde Cataluña. O desde algún catalán, que ya estoy también generalizando. Todo se pega.
Cuando una creía que habíamos entrado en la modernidad, más o menos, que habíamos superado los topicazos de catalán tacaño, andaluz jaranero, castellano recio, gallego enrevesado, astures y cántabros herméticos y alguno más que se me escapa, aparecen otra vez las dos Españas, o las tres, o las cuatro.
Y así no vamos a ninguna parte. Sí, ahora hay declaraciones de protesta encendidas, protestas de políticos, comentarios acres en las tertulias y hasta mociones en Ayuntamientos y Parlamentos.
Pero no es esa la cuestión. Veréis, cuando yo era pequeña (sí, en la Prehistoria), cuando España era una unidad de destino en lo universal y las montañas nevadas nos separaban del resto de Europa, cantábamos en el colegio una canción que, a fuerza de repetir, está todavía en mi recuerdo. Era, por supuesto, una exaltación de la patria y sus bondades, divididas por regiones, que entonces no había comunidades autónomas. Decía algo así: “España es mi hermosa nación que en Europa está, dividida en provincias y es Madrid su capial. Yo sé todas sus riquezas, yo lo voy a demostrar: Valencia nos da naranjas y Toledo mazapán. Carbón nos da Asturias, los vinos, Jerez, las mantas Palencia, la fresa Aranjuez, turrón Alicante, jamón Avilés, y si queréis paños, id a Sabadell, aceite en Andalucía, donde abunda la aceituna..." Había más, pero basta como ejemplo. El final era, por supuesto, VIVA, VIVA ESPAÑA MI PATRIA NATAL!.
Han pasado muchos años,muchísimos, y aún no hemos aprendido a compartir, aún somos los del este y los del oeste, los de arriba, los de abajo y, en mi caso, los del medio. Va ser verdad lo de que España es diferente. Y todo,porque cuatro imbéciles se empeñan en creerse superiores porque pronuncian mejor las eses, o las zetas, o porque no tienen necesidad de cobrar subsidio agrario.
Viva, viva España, mi patria natal.
lunes, 10 de octubre de 2011
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Yo también cantaba esa canción y no me acuerdo de cómo continuaba, me paro también ahí, en Andalucia y las aceitunas.
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