Aprovecharos, que no me veréis en otra.
Hablando de números y de fútbol, dos de los asuntos en los que, digamos que no
me manejo con soltura, amén de que no me gustan en absoluto y muy a menudo me
crispan.
Pero es que la noticia merece la pena. 48.121
espectadores han asistido a un partido de fútbol femenino en el estadio de San
Mamés en Bilbao, que al parecer, es todo un templo del deporte rey (os habréis
dado cuenta de cómo manejo los términos), y que tiene capacidad para algo más
de cincuenta mil. Vamos, que lo han llenado, y algo así no se consigue con los
padres, los hijos, las abnegadas parejas o el grupo de amigas de la
Universidad.
Ya estoy viendo las sonrisas de
condescendencia, o directamente el comentario de qué sabrá esta, comparando con
las decenas de miles de personas que cada fin de semana abarrotan los estadios
patrios y de cualquier parte del mundo, que esto es universal; y habrá hasta
quien eche mano de estadísticas para recordar esos históricos encuentros
transmitidos por satélite y seguidos por decenas de millones de entusiastas.
Pues con su pan se lo coman, que a mi
ganas me dan de besar una por una a las 48.121 personas que han dado lugar a
una noticia, la mejor, para normalizar una situación que debiera ser normal
hace mucho y que, como siempre que anda la testosterona por medio, perjudica a
las mujeres.
Por una vez, no tenemos que leer o
escuchar que han abucheado a una árbitra, o que la han mandado a fregar, o que
los grandes clubes mandan de viaje a los equipos masculinos en primera, y a los
femeninos, en turista; o que el premio es un ramo de flores para las chicas, y
un cheque para ellos. Que lo seguirá habiendo, faltaría más, pero estos datos
tendrán que convivir, sí o sí, con el del san Mamés petado de gente para asistir
a un encuentro de fútbol femenino. Lo de
las nóminas, la posibilidad de conciliar con otro trabajo, no digo ya nada de
la vida familiar, quedará para más tarde, pero llegará.
Cuesta creer que aún nos sorprendamos
por noticias como ésta, cuando en España tenemos sobradas muestras de la
excelencia de nuestras deportistas. En deportes colectivos, como el fútbol con
la selección española femenina: campeona del mundo y de Europa Sub-17, campeona continental Sub-19 y subcampeona del mundo
Sub-20; en baloncesto, en waterpolo y hasta en hockey en hierba. Si nos vamos
al terreno individual, creo que hay pocos en los que no encontraremos a una
mujer española defendiendo un deporte y ganándolo. Del kárate a la natación, de
la halterofilia a la gimnasia, del tenis al motociclismo, el bádminton y hasta
en el Dakar, que dicen es para hombres muy hombres.
Pues eso, que
da gana de decir soy mujer, ¿a qué queréis que os gane? Y más allá de ganar o
perder, 48.121 espectadores han encontrado una razón de peso para asistir a un
espectáculo deportivo que ha dejado, como el coñac y tantas otras cosas, de ser
cosa de hombres.
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