Una mentira mil veces repetida no se
convierte en verdad. Mi mucho menos, aunque las reglas de la propaganda y la
publicidad se empeñen en convencernos. Sigue siendo una mentira, y punto. Otra cosa es que a alguien le venga bien
creerlo, por intereses más o menos oscuros, o que algunos, para justificar lo
injustificable, se lo acaben creyendo de verdad.
Hemos cerrado, como cada año, la lista
de mujeres víctimas de violencia machista. Sí, de mujeres. Y ya hemos
inaugurado la próxima, a pocas horas de empezar el año, para no perder tiempo.
Hasta aquí, la verdad. Luego está 2lo otro”, que me indigna hasta nombrarlo.
Por oportunista y por falso.
Claro que hay que proteger y hacer
justicia a todas las víctimas, faltaría más. A las de robos, a las de atracos,
a las de fraudes, accidentes por culpa de desaprensivos, a las de negligencias
de todo tipo… A los hombres víctimas de violencia de género, también.
Pero no hablamos de la misma lista. El
último día de cada mes, en muchos lugares de España, y tras los minutos de
silencio correspondientes, se escucha la insoportable lista de mujeres y
menores víctimas de la violencia machista. Según va avanzando el año, más duro
se hace aguantar hasta el final. Que son demasiadas. Sí, demasiadas, en
femenino plural.
Muy triste, aún más, cuando se añaden
los hijos a la lista. Pero todo parte de lo mismo, de la violencia machista. Y
justamente por eso me hierve la sangre asistiendo a la “cruzada” por incluir a
los hombres en un lugar que no es el suyo porque, estadísticamente, la cantidad
es de todo punto inapfreciable. Y porque no se puede pervertir la finalidad y
el origen de una Ley, de unas medidas de protección, con aviesas intenciones.
Como la de hablar de denuncias falsas, que no llegan al 0,01 del total.
Pocas listas de víctimas han leído desde
que existe registro, si pretenden equiparar las femeninas con las masculinas.
Pocas, o ninguna. Y deberían hacerlo. Sería un buen ejercicio. Un cine alemán
ha reestrenado y ofrecido entradas gratis a los ultraderechistas para que vean
"La Lista de Schindler", la oscarizada película de Steven Spielberg, que muestra
los horrores del nazismo. Y un juez americano ha obligado, por sentencia firme,
a un desaprensivo cazador que mató cientos de ciervos por placer, a ver la
película “Bambi” al menos una vez al mes.
Pues eso, que deberían revisar la lista,
y hablar después.
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