Pensamientos, ideas, palabras que engulle la arena en el mismo instante en que se han escrito

jueves, 20 de octubre de 2011

LA COMEDIA HUMANA

Si Balzac hubiera vivido en este tiempo, en nuestro hoy, hubiera tenido material más que suficiente para una docena de Comedias humanas. No terminó la suya porque la muerte, que no respeta ni la obra literaria, le llegó demasiado pronto. No tan pronto, sin embargo, como para no dejarnos intuir el certero análisis sobre los hombres y mujeres de su época, sobre los tipos sociales con los que convivió.
Su idea primera, analizar los tipos humanos como los biólogos analizan las especies animales, nos dejó una fotografía casi perfecta de la sociedad de su tiempo. Y tenía mucho menos material que ahora. Sin ninguna duda.
Los extremos se tocan. Y el drama, si no fuera tan dramático, sería cómico. Sería comedia. ¿Cómo interpretaría monsieur Honoré que una agencia de calificación, la que mueve el mundo, osara calificar la situación de un país sin saber nada de él? La República de España. Ahí queda eso. Y al oírlo, las Bolsas bajan, los bancos tiemblan, nosotros, contamos temerosos los pocos ahorros, para ver hasta cuándo nos llegan. Se preparan huelgas generales, más recortes, más medidas de ajuste, más... Y no somos república. ¡Vaya usted a saber si no se han equivocado también en lo de España, y querían hablar de Mozambique!
Es la comedia humana. La misma que nos habla de reactivar el consumo mientras recorta sueldos, da el placet al abaratamiento del despido, despide, permite la subida de precios de elementos básicos para la subsistencia, encarece las comisiones de los bancos, amenaza con cobrar la sanidad y la justicia y pone en peligro la educación pública, al tiempo que asegura que es imprescindible tener ciudadanos bien formados.
La comedia humana. La misma que permite que los inminentes gobernantes de esta no-república nuestra posen en foto oficial bajo una nube de contaminación negada hasta la saciedad, por encima de dictámenes científicos y de recomendaciones.
La misma comedia que, reconociendo todo lo anterior, nos empuja a resignarnos, a dar como inevitable lo que nos viene, lo que nos toca.
Papá Goriot, Eugenie Grandet, los campesinos de Les Chouens o los curiosos tipos de La Piel de Zapa, y todos los que se quedaron en el tintero, son casi una divina comedia comparados con la tragedia que hoy podríamos escribir si tuviéramos el talento de Balzac.
Tenemos los tipos. El decorado-volcanes, inundaciones, incendios, sequía, satélites amenazantes, guerra, secuestros y revueltas-, también ayuda. Falta la pluma maestra para escribir muchos volúmenes de nuestra particular Comedia Humana.

lunes, 10 de octubre de 2011

ESPAÑA CAÑÍ

Por si no hay pocos problemas, buscamos más. Por si no tenemos bastante con lo que nos viene de fuera, nos enzarzamos en peleas entre nosotros, sin hacer caso a eso que nos decían nuestros padres: Llevaros bien, como buenos hermanos. Aunque bien verdad es que nunca hacíamos caso.
Viene esto a cuento de la polémica surgida por ciertos comentarios despectivos hacia Andalucía, hacia los andaluces, su forma de hablar y su forma de vivir, comentarios llegados directamente desde la otra punta del país. Desde Cataluña. O desde algún catalán, que ya estoy también generalizando. Todo se pega.
Cuando una creía que habíamos entrado en la modernidad, más o menos, que habíamos superado los topicazos de catalán tacaño, andaluz jaranero, castellano recio, gallego enrevesado, astures y cántabros herméticos y alguno más que se me escapa, aparecen otra vez las dos Españas, o las tres, o las cuatro.
Y así no vamos a ninguna parte. Sí, ahora hay declaraciones de protesta encendidas, protestas de políticos, comentarios acres en las tertulias y hasta mociones en Ayuntamientos y Parlamentos.
Pero no es esa la cuestión. Veréis, cuando yo era pequeña (sí, en la Prehistoria), cuando España era una unidad de destino en lo universal y las montañas nevadas nos separaban del resto de Europa, cantábamos en el colegio una canción que, a fuerza de repetir, está todavía en mi recuerdo. Era, por supuesto, una exaltación de la patria y sus bondades, divididas por regiones, que entonces no había comunidades autónomas. Decía algo así: “España es mi hermosa nación que en Europa está, dividida en provincias y es Madrid su capial. Yo sé todas sus riquezas, yo lo voy a demostrar: Valencia nos da naranjas y Toledo mazapán. Carbón nos da Asturias, los vinos, Jerez, las mantas Palencia, la fresa Aranjuez, turrón Alicante, jamón Avilés, y si queréis paños, id a Sabadell, aceite en Andalucía, donde abunda la aceituna..." Había más, pero basta como ejemplo. El final era, por supuesto, VIVA, VIVA ESPAÑA MI PATRIA NATAL!.
Han pasado muchos años,muchísimos, y aún no hemos aprendido a compartir, aún somos los del este y los del oeste, los de arriba, los de abajo y, en mi caso, los del medio. Va ser verdad lo de que España es diferente. Y todo,porque cuatro imbéciles se empeñan en creerse superiores porque pronuncian mejor las eses, o las zetas, o porque no tienen necesidad de cobrar subsidio agrario.
Viva, viva España, mi patria natal.

HASTA SIEMPRE


Talavera de la Reina, 09 de junio de 2011
Hola a todos, y empiezo diciendo hola no porque sea la fórmula habitual, sino porque no quiero que sea un adiós.
Desde mañana viernes ceso en mis funciones de Jefa de Gabinete de la Alcaldía en el Ayuntamiento de Talavera y por tanto, no me encontraréis en el lugar habitual, porque, aunque no lo creáis, no formo parte del mobiliario.
Han sido 16 años, la mejor parte de mi vida, la más madura creativamente y a nivel personal, y podréis comprender que no caben en una carta, por larga que la quisiera hacer, y no es mi intención aburriros.
Pero efectivamente, en una carta no caben los buenos y menos buenos momentos, el contacto intenso con la gente, con vosotros, los aciertos y los desaciertos, y los errores, porqué no decirlo. Es imposible, y eso que se supone que manejo el oficio de escribir, formar palabras, frases con sentido, que reflejen los nervios, las sonrisas, los enfados, los agradecimientos, los proyectos, las ilusiones, el soplido de alivio cuando las cosas han salido bien o las noches en vela cuando ha sido al contrario.
Sea como sea, repetiría cada minuto de estos 16 años, porque de todo se aprende y porque, fundamentalmente, por mucho que rebusco en la memoria, no encuentro nada que incline la balanza hacia el lado negativo.
He vivido intensamente todo lo que ha acontecido en Talavera durante más de tres lustros y en algunas cosas, seguro que en menos de las que yo pienso, he colaborado modestamente, siempre desde la buena intención y desde el amor que le tengo a esta ciudad en la que elegí vivir hace un cuarto de siglo y a la que me he dedicado mucho más allá de la jornada laboral, de la vida privada, con honestidad, sin ningún carnet y, sobre todo, con lealtad.
Los sinsabores, las jornadas interminables, los sábados y los domingos, las vacaciones inexistentes o, cuando menos, muy cortas, ya están olvidados. Me quedo con lo bueno, y eso recordaré allá donde la vida me lleve.
Ha sido un placer conoceros a todos, “criaros” a algunos y, en cualquier caso, me ha encantado poder echar una mano a quien me lo ha requerido. No hace falta que ponga eso de “sin distinción de colores”, porque quien me conoce lo sabe.
Gracias a todos, a mis compañeros de los medios de comunicación, a los del Ayuntamiento, a los que tanto echaré de menos y que me han enseñado todo de registros, expedientes, decretos y carpetas, a los miembros de todas las Corporaciones con las que he trabajado, nada menos que cuatro, a las asociaciones culturales, deportivas, vecinales, socio-sanitarias, de mujeres, a los Colegios, Universidad, Iglesia, a las instituciones con las que he tenido contacto diario, a los ceramistas, que me han enseñado a distinguir la verdadera esencia del arte y siempre han respondido a mis torpes ideas, a mis alcaldes de Las Mondas, a toda mi “lista de protocolo”, que tanto me ha facilitado la labor, a los cientos de parejas a las que he podido hacer más ligeros los trámites y el papeleo de las bodas, y a los ciudadanos de esta Talavera a la que quiero con todo mi corazón. Y a la que aún puedo darle mucha dedicación y mucho amor.
Mi teléfono, que tiene toda la humanidad, es el 666516007, como bien sabéis, y mi correo personal, masantos@60yahoo.es.
Ha sido un placer. No me despido, porque espero seguir disfrutando de vuestra amistad, de vuestro afecto y de vuestra compañía, y que vosotros “disfrutéis” también de mi carácter, de mi genio cuando estoy nerviosa y de alguna que otra mala contestación, siempre desde la confianza.

jueves, 6 de octubre de 2011

RECORTAR LA ALEGRÍA

Hace poco más de un año, en este mismo espacio color arena, y parafraseando a mi admirado Benedetti, hablaba (¡ilusa de mí!), de la necesidad de defender la alegría. Por encima de todo y de todos, haciendo esfuerzos humanos o sobrehumanos. Sin discusión.
Ha pasado un año, y soy la misma. O no. Las circunstancias me han hecho cambiar, o he cambiado a la vez que las circunstancias. Me falta alegría para defender la alegría. Es más, creo que nos falta a casi todos.
Son muchos meses con el bombardeo de crisis, de mercados amenazantes, de anuncios de recesión, de imágenes terribles que no hay forma de borrar de la retina, de horizontes desdibujados, de futuro negro o, cuando menos imperfecto, de esperanza recortada, de recortes en todo.
Hasta en la alegría.
Hemos sobrevivido a casi todo. Hemos ido campeando el temporal, poniendo al mal tiempo buena cara, pintando la sonrisa que no sale sola, escudriñando entre las sombras para ver, intuir, un rayito de luz.
Para seguir defendiendo la alegría.
Me digo una y mil veces que merece la pena, que no es una guerra perdida. Si acaso, unas cuantas docenas de batallas.
Aunque nos coman el terreno, aunque el espejo nos devuelva una imagen triste, no podemos permitir que nos recorten la alegría. Hay que defenderla del pasmo y de las pesadillas, de las dulces infamias y de los graves diagnósticos.
Sin recortes.

lunes, 26 de septiembre de 2011

55 DIAS EN MADRID

Ya está hecho. Porque dicho, hace mucho tiempo que estaba. Pero está escrito, y eso va a misa. Al presidente Zapatero le quedan exactamente 55 días en Madrid, antes de retirarse a sus cuarteles leoneses, según se dice por ahí.
En 55 días (más los que esté en funciones, que es estar sin estar), dejaremos de hablar de él, de echarle la culpa de todo, de tenerlo a todas horas en el salón de casa, en el ascensor, en la terraza del bar, como aperitivo imprescindible de la cerveza; en la peluquería, en el Metro o en los paseos al sol. Simplemente, se esfumará.
Claro que, durante unos meses, oiremos eso de la herencia que ha dejado, que por su culpa estamos como estamos, que ha sido el peor presidente de la Historia, que... Todo eso se irá difuminando con el tiempo, se irá volviendo borroso en la memoria, se desdibujará poco a poco hasta que no reconozcamos la imagen. Hasta que sólo lo encontremos en la hemeroteca o tecleando su nombre en el Google.
Es la condición humana. Relegamos a un rincón de la memoria lo que un día nos ilusionó, lo que nos llenó de alegría, lo que aplaudimos, y dejamos en primer plano lo negativo, los errores-pequeños y grandes-, para justificar el alejamiento y el olvido.
No voy a malgastar palabras para contar los fallos de bulto que ha tenido este presidente en tiempo de descuento. Tampoco para justificarlo hablando de crisis global, de situación similar en países con gobiernos de izquierdas y derechas, y hasta de países sin gobierno. Ni siquiera hablaré de talante.
En 55 días, dará igual lo que se diga o se haya dicho. Hoy me quedo con la imagen, ya borrosa, de un hombre que llegó con ilusión, del que todos hemos opinado y que sólo espera que la Historia lo juzgue.

martes, 13 de septiembre de 2011

NOSOTROS, LOS DE ENTONCES.

Entonces, septiembre siempre era un comienzo. Agridulce, sí, porque pesaba el recuerdo del verano salvaje y libre. Pero era un comienzo. Era la vuelta a las aulas, zapatos nuevos (Gorila, con la pelotita verde), era ordenar apresuradamente las vivencias y las anécdotas de vacaciones que se agolpaban en la cabeza atropellándose para ser contadas; era la mezcla de temor a lo desconocido y de ansia por conocer.
Septiembre era cartera nueva o heredada de tu hermana, lápices aún sin morder y cuadernos a veces reciclados y, con suerte, sin dos rayas. Eso era de pequeños.
Era la Virgen y el comienzo de la vendimia, el olor a mosto por las calles y los remolques cargados que, a menudo, nos regalaban un racimo de uva magullada y sucia de tierra.
Era el mes con mayúsculas, el mes por excelencia, porque en septiembre empezaba todo. Hasta las Navidades, que veíamos ya tan cerca...
Crecimos, y septiembre siguió siendo el principio. El Instituto empezaba en octubre y la Universidad, a veces casi en noviembre. Pero ningún mes podía quitarle el protagonismo. El otoño, el curso político, la vuelta al trabajo tras el verano, los días más cortos, las noches más largas...
He amado y odiado septiembre casi por igual en las distintas etapas de mi vida y hoy... No sé lo que siento. Es un septiembre raro, que tiene más de final que de principio en todo.
El año político empieza(sigue)crispado, las aulas están revueltas, no hay sensación de comienzo de nada y, tal vez por eso, hayan venido a mi memoria esos otros septiembres, los que eran como debían ser. Los de entonces.
Ni ellos, ni nosotros, somos ya los mismos.

jueves, 1 de septiembre de 2011

SOUVENIRS

Tengo sobre la mesa, en montoncitos, separados por amigos, familia etc, los souvenirs que han venido conmigo de mi último viaje. No son demasiado horribles (no compro compulsiva mente, siempre pienso si me gustaría tener uno de esos objetos en mi casa, antes de "largárselos" a nadie). Pero, al fin y al cabo, son lo que alguien, muy acertadamente, ha dado en llamar "pongos" (por aquello de ¿y esto dónde coño lo pongo?).
Hace un par de meses, durante uno de mis escasos furores de limpieza doméstica, desaparecieron de mis estanterías docenas de ceniceros, muñecos, cajitas, joyeritos, figuras típicas, llaveros y mil lindezas más procedentes de los cuatro puntos cardinales, y atesorados durante varias décadas. Me quedé con lo justo, con lo realmente bonito y con lo horroroso que tiene algún significado especial, y que es firme candidato a "viajar" en la próxima limpieza, porque los significados especiales también se diluyen con el tiempo ( o ya nada significa nada).
Y aquí estoy. Mirando los renos de Finlandia, las matrioskhas rusas y la minibotella de vodka estonio. Y el ámbar del Báltico. Y las tres acuarelas que reservo para mí, y que engrosarán mi modesta colección de cuadros que me transportan a otros mundos sólo mirando durante horas las paredes.
Es la incógnita tras cada viaje. Intento justificarme con eso de que lo importante es que te has acordado de la familia, de los amigos; que te has esforzado en buscar lo menos friki; que has comprado "personalizando", no al buen tuntún y que, seguro, seguro, que tus regalos no serán víctimas inocentes de limpiezas generales.
Al fin y al cabo, siempre nos han dicho que la intención es lo que cuenta. Y os juro que no tengo malas intenciones.