Aristóteles, que era mucho más listo que cuantos
nos gobiernan ahora (por eso ha pasado a la Historia y éstos ni se asomarán a
élla) definía al hombre como zoon politikón, haciendo referencia a
sus dimensiones social y politica. El hombre y el animal por naturaleza
son sociales, pero no somos iguales que las hormigas o las abejas,
perfectamente organizadas. Sólo el hombre es político, siempre que viva en
comunidad.
Y en esas andamos, celebrando el cuarto aniversario del 15-M y reflexionando
acerca de las muchas opiniones (de los políticos "profesionales" por
supuesto), que desoyendo al sabio griego pontifican sobre la politización de
nuestro mundo y nos mandan directamente a las urnas, si es que queremos
participar en algo.
Vamos, como si fuéramos zoon, pero sin politikón.
Animales que viven en su hormiguero o en su panal, y ahí desgranan las horas
haciendo cera y miel. Ya lo dijo Lo la insigne secretaria general del PP, la
presidenta de nuestros dolores, si quieren hacer política, que creen un partido
y se presenten a las elecciones.
La santificación de los partidos que nos llevan por la calle de la amargura. Y
no señor. Yo quiero ser, y soy, un ser político, que se manifiesta en la calle,
que opina, que lee las noticias y aspira a ser parte (buena) de ellas, que
discrepa o comparte, que se indigna, que abuchea a los indignos, que se
reafirma o se arrepiente del lejano momento voto, cuando dejó su bienestar y su
vida en manos con agujeros.
Soy un ser político cuando elijo vestirme con los colores de cualquier marea
porque me incumbe, me importa y me representa; cuando escucho la música de la
Solfónica indignada, cuando aplaudo un desahucio fallido, cuando me compadezco
de los afectados por las preferentes, cuando apago la tele harta del telediario
y cuando elijo quedarme en casa, presa de la desesperanza y la impotencia.
Y sin necesidad de que ni nombre figure, bajo las siglas de nadie, en una
papeleta electoral.
Lo demás, tratar de banalizar la democracia reduciéndola a un domingo cada
cuatro años, es pervertir el sistema, es tiranía, es crear una sociedad de
borregos a los que sólo se les permite balar cuando toca. Y poco.
Es obviar un momento histórico, 15-M de hace cuatro años ya que, más allá de
interpretaciones, ha servido para poner en valor la definición de zoon
politikón que nunca debimos perder, y que no es tarde para recuperar
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