Creo que es la primera vez que lo hago, y posiblemente sea la última. Sin que se entere nadie os confieso que he visto la procesión del Corpus de Toledo en la tele. De principio a fin, desde que la custodia ha salido hasta que se ha encerrado, con sermón del arzobispo incluido. Lo he visto todo, la capa pluvial bordada con hilos preciosos, el oro de la joya de Arce, los tapices del siglo XVI, las señoras con mantilla (Cospedal incluida), los militares armados custodiando la Custodia, valga la redundancia, el sol inclemente sobre la capital, docenas de curas ataviados con sus mejores galas, y de monjas con sus galas de siempre, que para eso son mujeres y la Iglesia lo tiene muy claro.
He visto a la gente arrodillándose enfervorecida. Dicho sea de paso, yo me caí hace unos días y tengo una rodilla negra, es decir, que tengo excusa, aunque a mí la música religiosa, como la militar a Brassens, nunca me supo levantar.
En fin, que no me he perdido detalle de este jueves reluciente , ostentoso, exagerado y artificial. Y digo todo esto, porque hoy, precisamente hoy, se celebra el solsticio de verano (me resisto a decir de San Juan), una fiesta pagana, ligada a las raíces, a la gente del pueblo, a la tierra, al saludo al sol y sus misterios, y a la luna con los suyos. Fiesta de hogueras, de agua, de fuego, de brujas, de hechizos... De pueblo llano en cualquier parte del planeta. He visto la fiesta en otros países, el Inti Raymi en Perú, el saludo al sol. Y en todas partes es igual, gente y tierra, sin santos ni religiones por medio. O con la más antigua de todas, con la comunión del hombre y la tierra, de lo real y lo misterioso.
Nada que ver con los fastos eclesiásticos del Corpus, por mucho que el discurso de Don Braulio haya hablado de la pobreza y la solidaridad¿¿¿¿¿¿??????. No digo más, que me pierdo.
Respeto las tradiciones, por supuesto. Son historia y son cultura. Y también pueden ser menos chirriantes en los tiempos que corren. Seguro que este jueves hubiera brillado igual sin tanto oro. Y el sol hubiera salido igual, y la luna alumbraría de cualquier forma la noche mágica de tránsito.
Y hubiéramos ahorrado, ahora que tanto se habla de ello. La Iglesia se pinta sola para apropiarse de las tradiciones, léase Mondas, Cruces de Mayo, solsticios, romerías populares etc, etc, etc. Así ha sido a través de los siglos, introduciendo de cuando en cuando notas de actualidad. A bote pronto me acuerdo de Don Marcelo, que Dios tenga donde merezca, que tuvo la lúcida idea de prohibir desfilar en el Corpus al ministro de Justicia el año en que se aprobó la Ley del Divorcio.
Esto es un lapsus. Me quedo en la arena por donde, de cuando en cuando, desfila un camello con su andar cansino y una pobre manta en en lomo.
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