Va así, entre comillas, porque no se
trata de ningún notición, ni tiene nada que ver con los papeles de Panamá (o
sí, hablando de daños colaterales). “La Exclusiva” es una
empresa de logística social que está frenando el abandono rural en Soria, la
región más castigada por la despoblación en toda Europa, a base de entregar la compra a
domicilio. La compra, y más cosas.
Ya nos estábamos quedando sin pueblos, que eso viene de antiguo,
Pero la crisis, los recortes, los cierres de escuelas o centros de salud, unida
a la falta de mantenimiento de infraestructuras y esa generalizada congelación
de los corazones que impera en nuestros días, ha agudizado el problema. En los
pueblos, en el medio rural, sólo queda un puñado de personas, cuyas edades
suman varios siglos, con escasas o nulas posibilidades de ir a la compra en
coche y que sólo abandonan su espacio en ambulancia o con los pies por delante.
Y aquí entra “La Exclusiva”,
mezcla de negocio y servicio social que, en cualquier caso, está
cubriendo una necesidad que correspondería al Estado. A cambio de acceder a
centenares de clientes a los que de otra forma jamás llegaría, un hipermercado
acepta hacerse cargo del coste de transporte de los pedidos. Es decir, los
vecinos pagan exactamente lo mismo que si fueran a comprar en persona. Tanto productos de primera necesidad como una
lavadora, o una cocina.
Hasta aquí, la parte formal, la noticia pura y dura. Pero hay más.
“La Exclusiva” es algo más que una visita semanal con las bolsas de la compra.
Es el nexo de mucha gente con el mundo real. La parte humana es quizá la más
importante. Ellos saben que todas las semanas una persona les va a visitar, a
romper la monotonía de sus vidas, a ayudarles en cualquier contratiempo, desde
cambiar una bombilla rota a buscarles cualquier tipo de producto aunque no lo
vendan en el hipermercado. Hasta un burro han
conseguido llevarles.
La crisis se ha llevado por delante
rutas de autobús y estaciones de tren, y ha roto los frágiles lazos que unían
aún los pueblos con las ciudades. En poco más de un año, La Exclusiva cubre cinco
rutas semanales, con 24 pueblos y 200 kilómetros de recorrido por
cada ruta. Van ya 350 familias atendidas y la cifra no para de aumentar.
Decía al comienzo que no
es un notición; que nunca ocupará una portada ni merecerá más de unos segundos
en un informativo, ocupados como estamos en alta política y aún más altas
finanzas. Pero estas historias nos reconcilian con el mundo, hasta nos hacen
atisbar una chispa de alma en el corazón del dinero, más allá de evasiones
fiscales, enriquecimientos ilícitos y políticas de espaldas al ciudadano. Muy
lícito que una empresa haga negocio. Pero negocio y alma no deberían ser
incompatibles.
Ojalá haya
muchas “Exclusivas” por los caminos y carreteras de España.
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